Vale, ya sé que aún me faltan escribir las entradas de Marzo y el viaje a Seúl (Corea del Sur) con Elena y Oscar, pero ya os dejo un adelanto de lo que nos viene encima este fin de semana. Circus comes to town!!! El Gran Circo de la F1 😀

También, Moka y Terry siguen a lo suyo, y con un castillo nuevo. Claro, en China  valen 15 eurillos y los pisos son de 130 metros cuadrados…

La última moda de Moka ha sido robarme las teclas del portátil que usamos para la tele. Me levanté  una mañana y ya había arrancado como 20. Encontrarlas fue una odisea, pero de la pobre ‘N’ nunca más se supo. Requiescat in pace! 😀

Xintiandi (significa «Nuevo Cielo y Tierra) es una zona bastante conocida y peculiar de Shanghai, una calle peatonal en el centro de la ciudad, ubicada en la zona de la Concesión Francesa. Se trata de un conjunto de casas antiguas (alrededor de 1900), llamadas “shikumen” restauradas para albergar restaurantes, cafés y tiendas para los bolsillos más pudientes de la ciudad; básicamente, laowais.

No es que sea muy caro, pero el hecho de que esté lleno de turistas y casi no haya casi chinos en los locales es bastante sospechoso. Además, el ambiente no deja de ser algo artificial, aunque las casas son auténticas y muy bonitas. También está lleno de restaurantes y bares de copas, por lo que es una zona muy común para salir de fiesta. Los restaurantes son carillos y algo malillos, la verdad.

Es una calle interesante para darse un paseo de día, y ver lo mal que visten los pobres chinos, que no sé de dónde sacan esas combinaciones de colores. Allí nos fuimos a pasar la mañana con Jose. Las fotos no son mías, porque ese día Jose llevaba la cámara, y, somos un poquillo vagos, la verdad 😀 Las he pillado prestadas de algún viajero, pero bueno, no son muy diferentes.

 

Dado que mi jefe vive en una villa que cuesta un ojo de la cara y la mitad del otro (algo como 9000 euros al mes!?!?), les ha dado por organizar partidos de fútbol los Sábados, porque tienen un campo de césped natural bastante guay. Es una buena excusa para hacer un poco de deporte y algo de Team Building, ¿verdad? Aunque el jefe es bastante religioso y cuando nos invita a su casa, no nos da más que té, coca-cola, sprite y poco más, jaja.

Al estar la Ayi de vacaciones, necesitamos hacer cosas para no volvernos locos con el peque. El primer partido nos salió un día fenomenal, y Oscar se pegó una mega siesta al sol. ¡Qué ganas de volver a jugar a fútbol, joder! Curiosamente, desde que dejé de fumar no he vuelto a jugar. Es como el mundo al revés… Fumo mogollón y juego a fútbol asfixiado. Dejo de fumar, y me rasco los webs 😀 El pobre Jose estaba echando el hígado por la boca, y hay que decir que quitando uno de ellos, el resto tiene menos idea de jugar que la selección de Vanuatu.

Pues sí, el bueno (y cansino!) de JJ vuelve a Shanghai. Ha terminado la segunda parte del MBA en Boston y tiene que venir aquí a ‘licenciarse’. El pobre animalillo de Dios dice haberse enamorado y que se quiere casar con una chica tras mes y medio de conocerse. Espero que podamos quitarle esas ideas de la cabeza.

Básicamente, fuimos a dar una vuelta por los Jardines de Yu (Yu Yuan o Yu Yuan Garden), pero estaba tan lleno de gente, que seguimos andando alrededor, por una zona tradicional del centro de Shanghai.

Después, volvimos a casa, se nos unió Chris y volvimos a cocinar paellas, para que JJ aprendiese y pudiese sorprender a sus «casi» futuros suegros (¡¡que Dios nos pille ‘confesaos’!!).

Hacia la media noche, se desata la p*ta locura. Petardos sin control, por todas partes, en todas las ciudades de China. La television desde Beijing hace el petardeo oficial. Pero todos los chinos se dejan mucho dinero en comprar petardos y reventar el cielo. Para mis amigos valencianos: si pensáis que en Fallas se gastan muchos petardos: juas, juas, juas. Por mal que os siente, aquí sí que se vuelven realmente locos. Para que os hagáis una idea, vivimos en la planta 25… pues tenemos las ventanas quemadas de petardazos, y no uno que se escapó, sino muuuuchos. Hasta movimos la cuna del niño por miedo.

Durante una hora es un estruendo constante sin parar. Cada bloque pone 5 ó 6 extintores en la entrada para socorrer a los inconscientes más atrevidos. En eso sí que se parecen a los valencianos 😀 Jose compró una buena traca de petardos, para integrarnos un poco en la celebración, y decidimos quemarlos cuando los muy cabrones se fuesen a dormir. Na’ más que por molestar, que conste.

El panorama era brutal, con kilos y kilos de explosivos ya quemados por todas partes, papel y un humo y olor a pólvora increibles.

¡¡¡FELIZ Y PROSPERO AñO DEL DRAGON!!!

P.S.: Un extintor terminó en mi casa… Por si algún día pasa algo 😀

Nuestro precioso retoño sigue creciendo fuerte y sano. De hecho, ya no cabe en el carro, y eso que cuando nació le sobraba espacio por todas partes. ¡Vaya tela!

Estamos en la mejor época del año para no aguantar chinos: el Año Nuevo Chino (Chinese New Year). Todo el mundo se va de Shanghai a sus ciudades de origen (a llevar dinero y aparentar, básicamente). Hay gente que incluso deja el trabajo si no les dan 4 semanas de vacaciones. Lo peor que le puedes decir a un chino para putearle es «te voy a hacer trabajar en Año Nuevo»… Se ponen como motos, juas, juas. Este año es el del Dragón, el signo más poderoso para los chinos, y por lo que se espera que se pongan todos procrear de forma compulsiva. Por cierto, yo soy Dragón 😀

Una cosa buena es que podemos salir tarde de casa para ir al curro porque no hay ni Dios. A veces, ni taxis, jaja. O no quieren parar, algo impensable en otra época del año.

Lo más sorprendente es que tenemos la famosa máxima de ‘trabajar como un chino’ para alguien que trabaja mucho y es detallista. Pues lamento romperos el mito, pero trabajar como un chino significa: rascarse los cojones, llegar tarde, irse pronto, cobrar bien, rechazar cualquier tipo de responsabilidad, no pensar y pasar olímpicamente de todo. Esa es la realidad.

Uno de esos días que no teníamos nada que hacer, y como nos obligan a hacer fiesta en el curro porque todo el puñetero país se para; nos fuimos a dar un paseo por el Bund, que es la parte más oriental de PuXi, justo al pie del río. Fuimos con Jose y con BaoBao, y nos hicimos unas fotillos. BaoBao aun no había estado ahí.

Por cierto, para todo el que piense que en China hay pocas vacaciones, que están esclavizados y tal, lamento romperos otro mito. Tienen bastante más vacaciones que en Europa 😀

¿Os lo podéis creer? Me echan hasta de mi propia cama, ¡ostias! 😛

Ubicado en Lu Jia Bang Road N-399, esquina con Nan Cang Street, hay un famoso Mercado de Telas. Son cuatro plantas de sastres que te hacen todo lo que quieras a medida.

Hay varios tipos de tiendas: falsificaciones de marcas, copias de famosos, duplicados de ropa existente, diseñadores originales, y ropa a medida en general, que es lo que nosotros preferimos.

Por 50 euros te hacen una parka larga de invierno con tus iniciales bordadas, con forro de cachemira, todo diseñado por ti mismo o inspirado en algo que te guste. Le pones los botones, el cuello, las mangas, los bolsillos y todo lo que te salga de las narices. También, camisas, faldas, trajes, pantalones, trajes de boda, de noche… con o sin marcas. En mi caso, prefiero mis iniciales en un diseño mío que algo falso que puede poner Kelvin Clain en vez Calvin Klein 😀

Si alguien viene a Shanghai, y tiene 3 ó 4 días, es una visita obligada. Las camisas cuestan entre 9 y 10 euros y tienen todas las telas que os podáis imaginar. Aunque ir con Oscar puede tener daños colaterales, jaja.

¡Feliz 2012!

Más de lo mismo. Cena en casa (menudas paellas me curré, joder!), mucho alcohol, besos, regalos, cumpleaños, comida, excesos y hasta tequila. ¿Qué más se puede pedir?